Véase también, Monsiváis y La Cultura en México
La granja
Nexos, mayo de 2008
¿Cuáles son las coordenadas del catecismo de Carlos Monsiváis? Las obsesiones temáticas de ese escritor son tan conocidas como abundantes: el antiautoritarismo en todos los terrenos y la impugnación infatigable a toda clase de censura, la reivindicación de la cultura sin exclusiones, la mirada universal y poliabarcante, la tolerancia y la inteligencia. Todos esos, son rasgos de una obra profusa y deslumbrante que no pretende imponer doctrina alguna como sucede con los catecismos habituales. El pensamiento de Monsiváis no es convencional ni esquemático, aunque se nutre en la crítica de convencionalismos y simplificaciones. Como catequista sería poco eficaz pero la tarea pedagógica de ese escritor, aunque ese no haya sido su propósito, ha tenido consecuencias importantes.
En una entrevista publicada en 1997 Elena Poniatowska le preguntó, a propósito de la reedición de su Nuevo catecismo para indios remisos:
* La mirada de Monsiváis va de la recreación nunca apologética del nacionalismo cultural, a la recuperación constantemente al día de las novedades culturales del mundo. Se ha ocupado lo mismo de Pedro Infante y Juan Orol, que de Peckinpah y Fassbinder.
* En el campo de la moral pública, que ha desmenuzado como nadie en México, Monsiváis ha sostenido una persistente batalla por el respeto a las diferencias y las prácticas de los individuos. Es, en ese terreno tanto como en el de la política, afanoso defensor de los derechos de las minorías y fue precursor en la reivindicación pública de los derechos de la mayoría femenina que hay en nuestra sociedad.
* En el ámbito del periodismo lo singularizan el comentario cáustico y a tiempo, la exhaustiva revisión hemerográfica, la persecución del dato que dé sentido a la opinión, la crítica incesante de excesos retóricos y abusos autoritarios de toda clase de actores de la vida pública.
* En la vida pública, Monsiváis no sólo ha sido el observador sobresaliente de las inflexiones y mutaciones en la expresión cultural y social, en todas sus vertientes. Se le ha visto en mitines partidarios así como en conciertos de rock, tanto junto a presos políticos como en convivios del jet set. Ha sido capaz de aparecer lo mismo como Santa Clos en Los Caifanes que en shows de televisión en donde es el invitado central. Las conferencias de Monsiváis llenan auditorios dentro y fuera de México. Su sola presencia convoca multitudes a las que entonces no puede describir en sus crónicas porque tiene que disertar delante de ellas y así, contribuir a ilustrarlas. Crítico y cronista de los más variados personajes, él mismo es protagonista inimitable e irrepetible tanto en el campo académico y la deliberación cultural como en el comentario de la disputa política. Se le ha podido encontrar como personaje de historietas (Chanoc y Los Supersabios) y en la bibliografía sobre estudios culturales de las principales universidades del mundo.
¿Cómo abordar una obra tan abundante y diversa? En un chat a fines del siglo XX, con la alevosía que confiere el anonimato cibernáutico, uno de los participantes le preguntó:
Referencias
-Carlos Monsiváis, «De los movimientos sociales de los ochenta». La Jornada Semanal, La Jornada, 20 de marzo de 1988.
-Carlos Pereyra, “La escritura de fragmentos significativos”. “La Jornada Semanal”, 20 de marzo de 1988.
-Elena Poniatowska, «Los pecados de Carlos Monsiváis». La Jornada Semanal, 23 de febrero de 1997.
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2 comentarios en “Monsiváis, pedagogo y periodista”