Othón Salazar

emeequis, 14 de diciembre

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Cansado de lidiar con un contexto político que le desagradaba pero que sobre todo le resultaba inútil para bregar por las causas sociales que le interesaban, el 14 de octubre de 1998 Othón Salazar Ramírez renunció al Partido de la Revolución Democrática. “Poco a poco, sentí que la política perredista se alejaba de mi pensamiento marxista, de mis ideales socialistas y de los planteamientos de fondo sin los cuales nada puede decirse del futuro revolucionario de la sociedad mexicana”, dijo en aquella ocasión.

Othón Salazar había cumplido 74 años y como se dice en estos casos, aunque tratándose de él era una descripción puntual, tenía toda una vida de lucha. Nació en Alcozauca, el pueblo en La Montaña de Guerrero al que en los años ochenta colocó en la geografía política cuando logró que el Partido Comunista ganara la presidencia municipal. Diputado federal en 1979 y 1991, quiso vivir para las causas de izquierda desde que, muy joven, se acercó a los comunistas.

Maestro normalista, desde comienzos de los años 50 Salazar coincide con los grupos de profesores que pugnan por mejores salarios a la vez que intentan democratizar a su sindicato. Participa en la creación del Movimiento Revolucionario del Magisterio y en junio de 1958 es electo secretario general de la sección IX del SNTE, en la ciudad de México. En septiembre de ese año es encarcelado.

Dos años después sería destituido como profesor. Durante medio siglo, esperó en vano que la SEP lo rehabilitara en su plaza magisterial. Sucesivos secretarios de Educación rechazaron o esquivaron esa petición. Todavía recientemente, el diputado Carlos Rojas le solicitó a la titular de la SEP la reinstalación del profesor Salazar. La respuesta de Josefina Vázquez Mota, si la hubo, no se conoció.

Su oratoria elegante y rotunda, el profundo compromiso con los pobres y quizá, sobre todo, una sencillez forjada en las penurias económicas pero especialmente en las convicciones igualitarias, hicieron de Othón Salazar un personaje querido, respetado, convincente, entrañable. Una vez excarcelado, participó en campañas y esfuerzos del Partido Comunista. Luego transitó por fusiones y alianzas de las izquierdas que lo llevaron al PSUM, al PMS, al PRD.

“Finalmente salí del PRD porque en sus filas no tenían cabida los ideales por los que he luchado toda mi vida”, le dijo a la socióloga Amparo Ruiz del Castillo que recogió sus memorias en el libro Othón Salazar y el Movimiento Revolucionario del Magisterio (Plaza y Valdés, 2008). En aquella renuncia, presentaba un retrato enterado y crudo de lo que desde entonces era ese partido: “Espíritu electoralista, intereses particulares y de grupo, vacío de identidad ideológica son, entre otros, rasgos dominantes de la vida actual del PRD. Cada día más, las diferencias políticas entre PRD y PRI se van reduciendo a cuestiones de forma”.

El destinatario de aquella renuncia era el entonces presidente nacional perredista, Andrés Manuel López Obrador. Ni él, ni ningún otro de los dirigentes del partido, hicieron algo para disuadir a Salazar. Les resultaba incómodo. Entonces ingresó a Democracia Social, el partido encabezado por su antiguo camarada Gilberto Rincón Gallardo y que en 2000 perdió su registro por falta de votos. Cuando Rincón se fue a trabajar al gobierno del presidente Fox, Salazar se distanció de él. Años más tarde abrigaba la quimera de refundar el Partido Comunista.

Los pobres de La Montaña fueron empeño y tristeza constantes para Salazar. Hace apenas un mes, en un hermoso artículo, Julia Carabias relató cómo, a comienzos de los 80, el maestro Othón la persuadió para desplegar en Alcozauca un proyecto de desarrollo sustentable que sería el punto de partida para una línea de políticas ambientales que se extendería en los siguientes años.

Con la misma preocupación, en sus últimos años Othón Salazar gestionaba recursos para paliar la pobreza infinita de sus paisanos, lo mismo que levantaba iniciativas para acercar a las fuerzas de Guerrero y el país capaces de postular una nueva coalición política. Enfermo desde hace algún tiempo, se fue a morir a Tlapa en donde falleció el 4 de diciembre.

De cuando en cuando, el profesor Salazar me llamaba para platicar sus proyectos. Voy a extrañar pero también a recordar siempre, con emoción y orgullo, aquellas llamadas colmadas del entusiasmo que solamente brindan las convicciones macizas y las esperanzas diáfanas y que invariablemente comenzaban con un cálido y generoso: “¡Hermanito, ¿cómo estás?!”.

2 comentarios en “Othón Salazar

  1. Deseo aclarar que el maestro Othón Salazar Ramírez permaneció en su departamento de Tlatelolco, en la ciudad de México durante los últimos 9 meses al cuidado de su hijo Rubén Salazar Müller. El profesor llego a Tlapa el domingo 30 de noviembre gracias al apoyo del gobierno estatal que le facilito una ambulancia para su traslado, donde 5 días despues de su llegada, lamentablemente falleció. La familia del profesor agradece a usted las palabras y los comentarios que ha publicado.

  2. Gracias, Rocío, por el comentario que dejó en mi blog. Soy uno más de los muchos mexicanos que apreciamos y respetamos al maestro Othón Salazar y que sentimos sinceramente su muerte. Sabemos que sus familiares tienen motivos de sobra para estar orgullosos de él.

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