
Publicado en Crónica el lunes 11 de enero
Tocado con cuernos de bisonte y un gorro de piel, la cara pintada de rojo y blanco y el torso tatuado, Jacob Anthony Chansley, conocido como Jake Angeli, ofrecía en Arizona cursos de chamanismo en línea, ha militado en grupos que se denominan patrióticos y fue uno de los más notorios asaltantes del Capitolio en Washington. Chansley es partidario de QAnon, un grupo tan extravagante y ridículo como su atuendo pero tan peligroso y demencial como la ocupación del Congreso de Estados Unidos el miércoles 6 de enero.
Chansley es uno de los tres arrestados el fin de semana por el asalto al Capitolio y, junto con varios miles de personas, acudió a Washington en respuesta al llamado del presidente Trump para impedir que fuera ratificada la victoria electoral de Joe Biden. Igual que Chansley, varios de los más notorios asaltantes del edificio legislativo son seguidores de QAnon. Dos de las cinco personas que murieron ese día, la veterana de la Fuerza Aérea Ashli Babbitt que llegó desde San Diego y Rosanne Boyland que vivía en un pueblo de Georgia, eran adeptas de esa estrambótica corriente de opinión.