
Publicado en Crónica el lunes 1 de abril
Hace medio año Ian Buruma, uno de los más destacados historiadores y escritores contemporáneos, fue víctima de la censura y los prejuicios. “He sido condenado en Twitter” declaró cuando lo despidieron como editor de The New York Review of Books. La falta de Buruma fue publicar un artículo incómodo —y para muchos altamente cuestionable— del conductor y músico canadiense Jian Ghomeshi, a quien varias mujeres acusaron de violencia sexual.
Con amarga ironía, Ghomeshi se considera precursor del movimiento #MeToo. Era un afamado conductor de programas en la televisión y la radio públicas de Canadá. En octubre de 2014 la Canadian Broadcasting Corporation lo despidió, cuando se conocieron las imputaciones de maltrato y asedio sexuales. Las denuncias públicas en su contra, entonces, se multiplicaron y algunas llegaron a los tribunales. Ghomeshi fue absuelto de todas las acusaciones y una más se resolvió con una disculpa pública. Seguir leyendo «La ira de la multitud»