
Publicado en Crónica el lunes 13 de abril
El miedo es parte de la humanidad y de su historia. La civilización ofrece recursos para atemperar el temor pero nunca termina con todas sus causas. En vísperas del cambio de milenio el historiador Georges Duby comparó los miedos que abrumaron a la gente alrededor del año mil con los que se atisbaban en el 2000: pobreza, otredad, epidemias, violencia, muerte. Para ampararse ante los temores medievales las personas buscaban esperanza en los dioses en los que querían creer. Hoy en día nuestras búsquedas de certezas se fragmentan entre las supersticiones —incluso religiosas—, las supercherías, la ciencia y la confianza que tengamos en los gobernantes.
En la edad media, y durante varios siglos, el conocimiento se confundía con la religión: los clérigos eran quienes sabían leer y escribir. Las fronteras entre el mundo natural y el sobrenatural se mezclaban a conveniencia de quienes usufructuaban la credibilidad de la gente. Al filo del primer milenio las catástrofes era atribuidas a castigos o advertencias divinos. Después del año 2 mil nos reconocemos como víctimas de la imprevisión, la corrupción o el descuido, pero también de perversiones de la naturaleza que produce virus que aún no sabemos aniquilar. Seguir leyendo «Nuestros miedos, antier y siempre»