
Publicado en Crónica el lunes 6 de abril
Las crisis transparentan. Las virtudes emergen y las incapacidades de todos son más patentes que nunca. La retórica se vuelve inservible para enfrentar problemas graves y ni siquiera funciona para disimularlos. A las puertas de la peor crisis sanitaria y económica que México haya padecido en décadas, el presidente López Obrador se aferra a un discurso retrógrada, complaciente, ensimismado e insuficiente.
El presidente solitario, a la mitad del patio de Palacio Nacional, personificó la triste metáfora de la condición a la que ha llegado su gobierno: habla en el vacío, desentendido de la pandemia que agobia hoy al mundo y a México. Para enfrentarla no ofrece más que voluntarismo, admoniciones, medidas simbólicas y algunas falsedades.
Es posible que pronto falten centenares de camas de hospital, es seguro que decenas de miles de trabajadores ya perdieron sus empleos, será inevitable una recesión histórica. Pero el presidente se parapeta en el estoicismo de Bolívar, la esperanza de Juárez, la figura de Roosevelt. Incapaz para crear su propia epopeya, el presidente López Obrador desfigura las de aquellos a quienes considera sus próceres. Seguir leyendo «El solitario de Palacio» →
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