
Publicado en La Crónica el lunes 27 de junio
El horror y la indignación ante el asesinato de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora y el guía turístico Pedro Palma, han propiciado el clamor para que sea revisada la estrategia de seguridad pública. Esa exigencia es muy pertinente pero se queda corta. El problema, antes que nada, es que el gobierno federal no tiene estrategia alguna para combatir a la delincuencia. Por inacción e indolencia, debido a la enorme irresponsabilidad y a la ignorancia con que se ha comportado ante el crecimiento de los grupos criminales, el presidente López Obrador ha dejado al Estado mexicano sin una política de seguridad digna de ese nombre.
Seguir leyendo «De los abrazos, a la impunidad»