Nueva respuesta al consejero electoral Marco Antonio Baños

Entre el miércoles 2 y el viernes 4 de mayo el consejero electoral Marco Antonio Baños y el autor de este blog hemos sostenido un intercambio en Twitter acerca de las decisiones del IFE sobre el debate presidencial. Él se ha expresado en su cuenta @MarcoBanos y yo en la mía, @ciberfan. Mi respuesta a su contribución más reciente desborda las capacidades de los mensajes «largos» en Twitter. Por ello, y para que quede un registro más ordenado de este intercambio, la coloco en este blog.

Las opiniones anteriores manifestadas en este intercambio las he reunido aquí.

Viernes 4 de mayo de 2012

Maestro Baños:

   Usted utiliza dos recursos para eludir la discusión que he planteado en los mensajes que he colocado en Twitter. Por una parte, endilga con abierto desparpajo descalificaciones que no demuestra. Por otra, insiste en recordar una opinión mía para sostener que me contradije al considerar que sería pertinente que se articule una cadena nacional para transmitir el debate presidencial.

Con ambos recursos, continúa eludiendo los dos temas centrales que he planteado. El primero de ellos es mi cuestionamiento a usted y los consejeros del IFE que se negaron a solicitarle al gobierno la habilitación de una cadena nacional de televisión y radio para transmitir el debate del domingo próximo. En mi mensaje anterior demostré, de la misma manera que hicieron en la sesión del IFE los consejeros que votaron a favor de tal solicitud, que no había impedimento legal para esa cadena nacional ni para que la autoridad electoral la pidiera. Como no dice usted una palabra ante esos argumentos, supongo que no tiene cómo rebatirlos o considera innecesario referirse a ellos. Así que puedo concluir: los consejeros del IFE podrían haber presentado esa solicitud a la Secretaría de Gobernación respaldados en la ley. Si no lo hicieron no fue por consideraciones jurídicas sino por una decisión política. Me parece que se trata de una determinación equivocada y que manifiesta una expresa o involuntaria, pero en todo caso muy lamentable, subordinación a los intereses de las televisoras. Ese es, a estas alturas, un asunto ya resuelto. Lo siento mucho, especialmente por el varapalo que se infligen a sí mismos los consejeros del IFE.

El otro tema, de la mayor vigencia, es la cobertura que tendrá la transmisión del debate después del boicot anunciado por el dueño de TV Azteca –y después de que usted y otros consejeros les quitaron a los ciudadanos de las zonas del país, a donde no llegará esa transmisión, la posibilidad de presenciar tal evento–.

El debate será transmitido por el Canal 5 de Televisa, por algunas otras estaciones concesionadas y por todas las estaciones permisionadas (es decir, las que no son comerciales). Además se difundirá por radio, en televisión de paga  y en algunos sitios de Internet.

Usted y otras autoridades del IFE han informado que la cobertura del Canal 5 llega al 40% de los ciudadanos registrados para votar. Para determinar qué alcance tendrá la transmisión del debate entre los ciudadanos, habría que añadir la cobertura de las estaciones permisionadas que difunden en zonas a las que no llega el Canal 5. No dispongo de esos datos completos porque no existe un padrón público de cobertura de las cadenas de televisión. Se conocen las estaciones de cada empresa pero no qué estaciones forman parte de cada cadena. Los datos públicos al respecto no son necesariamente confiables. Sin embargo el IFE sí cuenta con esa información. Así que, consejero Baños, nos ayudaría a entender el alcance del debate si informa exactamente a cuántos ciudadanos podrá llegar la señal en televisión abierta de esa transmisión.

Además habrá personas que vean el debate en televisión de paga. En nuestro país la cobertura de tales servicios es cada vez mayor pero todavía la mayor parte de los hogares carece de conexiones de dicha índole. Por eso afirmo que estarán discriminados del debate los ciudadanos que no tienen recursos para contratar televisión de cable o satelital. Lo mismo sucede con el enlace a Internet. Las conexiones que permiten mirar televisión en línea están concentradas en las grandes zonas urbanas… que es precisamente a donde llegan las repetidoras del Canal 5 y muchos de los canales del gobierno federal o los gobiernos locales.

Por eso sostengo que un porcentaje muy considerable de ciudadanos no podrá ver el debate.

Usted, en cambio, dice que el debate “podrá verse en todo el país”. Claro, pero para verlo en una ciudad en donde no se transmita por televisión abierta será necesario tener televisión de paga o conexión a Internet. Allí radica, consejero Baños, la trampa de su explicación. Ojalá se preocupase menos por la propaganda y más por los hechos.

La cobertura de los canales permisionados suele ser muy modesta. Aunque, como usted dice, hay estaciones de esa índole en 29 estados del país, tenemos que recordar que su alcance es limitado en cada una de esas entidades. Le doy un ejemplo, entre muchos otros posibles. En Chiapas, Televisión Azteca tiene 9 canales, Televisa 15 y el gobierno del estado tiene 11 canales. Sin embargo en esa entidad la potencia de transmisión de los canales de Televisión Azteca es de 615 kilowatts, los canales de Televisa reúnen una potencia de 651 kW y las estaciones del gobierno del estado de Chiapas no llegan a 58 kW. Por cierto, en la lista que ha publicado el IFE con los canales de televisión y las radiodifusoras que transmitirán el debate no aparecen esos canales del Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión. Espero que se trate de un error.

Así que, consejero Baños, sus cuentas siguen resultando demasiado alegres. Su afirmación cuando dice que el debate “podrá verse en todo el país” no se sostiene, a menos que se refiera a que quienes tienen TV satelital, de cable, computadora o algún otro tipo de enlace distinto de la televisión abierta podrán mirar ese encuentro. Si eso es lo que usted dice, entonces admitirá que el debate será para televidentes privilegiados con esos recursos tecnológicos.

Me gustaría que usted tuviera razón y que, en realidad, el debate pudiera verse –es decir, en televisión abierta– en todo el país. Lamentablemente los datos indican que la posibilidad de presenciar el debate estará vedada para ciudadanos que no tienen la ventaja de contar con infraestructura suficiente. Eso es precisamente lo que dije en mi contribución anterior a este intercambio pero esa afirmación le resultó a usted tan incómoda que consideró que hago una “lectura apresurada”, que tengo “escasa información”, que soy “irresponsable al desinformar”, me requiere para que “no engañe a sus lectores”, recrimina mi “imaginación para producir retórica”, me dice “se equivoca o miente”, encuentra “mucha retórica y poca lucidez”. Pácatelas.

Caray, consejero Baños. La retahíla de adjetivos es proporcional a la desazón que le produjo una sola afirmación, la cual reitero con toda claridad:

el debate no se verá en televisión abierta en todo el país; en distintas zonas de la República, solamente podrán verlo aquellos ciudadanos que tengan televisión de paga o conexiones digitales. No es culpa suya. A esa situación nos han conducido, primero, la concentración de muchas frecuencias en las manos de solamente dos personas. Y en segundo lugar, el sabotaje de Salinas Pliego a la transmisión del debate. No es culpa suya y mucho menos del IFE. Pero usted y el resto de los consejeros pudieron haber evitado esa situación, enfrentando además el cínico desafío del propietario de Televisión Azteca, solicitando que el gobierno dispusiera la cadena nacional. Esa es la realidad que usted quiere eludir.

Unas últimas palabras acerca de ese asunto. Usted me reprocha una, otra y otra vez mi aparente cambio de opinión sobre la cadena nacional. En mi texto del 1 de mayo aparecido en el portal La Ciudad Deportiva.Com recordé que la transmisión de los debates no es obligatoria para las televisoras privadas, de acuerdo con la ley electoral. También dije que prefiero la deliberación del debate presidencial a la diversión del futbol de mala calidad. En ese artículo no me ocupé de la facultad legal que el gobierno tiene para hacer cadenas nacionales. Únicamente dije que los legisladores que hicieron la reforma electoral de 2008 no quisieron, o no se les ocurrió, establecer la difusión de los debates en todos los canales de televisión. Quizá, comenté, supusieron que todas las televisoras querrían encadenarse como hacían para difundir mensajes oficiales en los viejos tiempos del partido único.

El tema de la capacidad del gobierno para decidir que haya cadena nacional está ausente de ese artículo escrito el martes 1. Pero ése era el tema de la discusión en el Consejo General del IFE el miércoles por la noche. Usted me reprocha: “Ahora dice que nunca hablo (sic) de encadenamientos en su artículo del 1 de mayo -lo cual es falso-, y luego da un giro de 180 grados para decir que ‘en este caso’ la ley sí permite obligar a un encadenamiento ¿entonces?”.

Pues entonces, maestro Baños, en mis apreciaciones sobre este asunto no hay viraje sino una posición que se complementa con otra. Preferiría que cada concesionario resuelva si se une o no a la transmisión del debate. Pero en las circunstancias específicas creadas por el desafío de Televisión Azteca, consideré que el Estado podía ejercer su capacidad para disponer, en este caso, una cadena nacional. Esa decisión estaba todavía más justificada por la necesidad de buscar, para este debate, la mayor cobertura en televisión.

Los abnegados lectores que hayan seguido este intercambio podrán estimar de quién son las contradicciones, las mentiras, los excesos retóricos y la insuficiente responsabilidad.

* * *

   Para quienes tengan curiosidad por este intercambio, lo voy a colocar en mi blog Sociedad y poder. Estas respuestas son ya demasiado extensas para la capacidad de los tweets largos que utilicé hasta ahora. Además, durante buena parte del día el servicio de http://twishort.com/ que hemos utilizado estuvo inaccesible.

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